jueves, 18 de octubre de 2007

LAURA, GRACIAS A TI


Diana Lopez

Conocí a Laura hace dos años, pero recuerdo su dulzura como la sensación de la mas dulce de las ambrosías, recuerdo su fuerza como una fría tormenta de invierno y su suavidad como el pétalo del botón de una rosa que ha acabado de nacer, aquel día de mi vida, yo era el protagonista de una triste historia de amor que lleva una carga de dolor tan profundo que lo único que uno puede hacer es desaparecer para olvidar, ya que no existe nada alrededor que pueda hacer olvidar la pena, la rabia y la amargura del abandono como si se abandonara a un pajarito herido a la orilla de un río. Caminé sin destino determinado como si la brisa me indicara a que lugar debía llegar y sentirla en mi rostro era lo único que me mostraba que todavía podía seguir adelante. En aquel camino se encontraba Laura sentada en un banco, con sus ojos miel que expresaban dulzura, suavidad y fortaleza al mismo tiempo, me calmó la paz de su rostro y me cautivó la sonrisa que me dedicó cuando su mirada percibió el mío. Ella de manera muy amable me comentó lo lindo de aquel día, pero no de una manera que la naturaleza humana se da cuenta que un día esta bonito, sino desde la perspectiva de la percepción que ella dedicó al insinuarme que aquel día estaba lleno de sorpresas y de alegrías y que solo debíamos dedicarnos a buscarlas. Me impresionó su manera de ver las cosas y es por esto que acudí varios días a aquel lugar para conversar con ella y encontrarle a cada día un aroma distinto, un color distinto, una variación de tiempo que solo aquel día nos podía entregar y que debía aprovecharlo para que todas las personas a quién amaba disfrutaran un día más del amor que yo les podía entregar. Cuando conocí a Laura mi único objetivo era olvidar mi desengaño, olvidar mi dolor, como si el abandono de aquella mujer hubiera sido lo único que tenía sentido en mi vida, lo único que me daba valor, lo que me hacía despertar y funcionar al igual que una máquina de vapor que sale temprano a su faena y no llega hasta la tarde para descansar hasta el otro día y que cuando no está quién la manipula esta máquina ya no puede funcionar, en eso me había convertido hasta ese momento. Después de unos encuentros con Laura, me di cuenta de que había pasado por alto lo mejor de mi vida, las personas que me querían de verdad, mis amigos y familia, ella me enseñaba cada día que las cosas simples hacían de la vida algo hermoso y que lo mas hermoso provenía de cosas simples. Ella era bastante joven y me preguntaba cada día algo nuevo de mi vida como una manera de ir conociendome, de entender que era lo que la primera vez que me vio adivinaba que yo no quería seguir sintiendo tanto dolor y que la única manera de olvidar era borrar todo lo que tenía de los recuerdos de aquella mujer aún terminando de ser yo mismo. Un día Laura me mostró un álbum de fotos de su vida, me di cuenta que en aquel álbum tenía cada uno de los momentos de su vida grabados y cautivos mediante fotografías y recuerdos y me enseñó que lo que la hacía ser feliz no era lo que quería hacer con su vida porque aquello no era un tema para ella, lo que la hacía orgullosa de sí misma y feliz era que había vivido cada momento de su vida tratando de impregnar su aroma y su sello, involucrándose en cada detalle de lo que le interesaba y tratando de terminar todo lo que algún día había comenzado, me dijo que tenía una tarea en la vida y que la estaba cumpliendo conmigo, en ese momento no lo entendí pero luego de un tiempo me quedaron muy claras sus palabras. Pasé tanto tiempo con Laura que sentí que me enamoraba de ella cada día más y que su cariño me embarga hasta quedar en un profundo éxtasis, me sentía motivado a verla cada día como un niño que corre tan solo para esperar ver pasar a la muchacha de sus sueños, era muy bonita, pero esa belleza se veía opacaba por la alegría que irradiaba, por la delicadeza que acompañaban sus versos y porque irradiaba una paz tan profunda como al encontrarse en un campo de noche solo con el ruido de un río cercano, esa paz que hace que el viento que llega a tu piel se transforme en un aliento de vida y te reanime los sentidos para luego dejarte caer en una somnolencia que te embarga todo el cuerpo. Soñaba con Laura cada día, soñaba con verla a mi lado igual de radiante que su mirada y sus versos, Laura hizo que yo olvidara a aquella mujer desde el primer día pero no como un amor pasajero que reemplaza a otro, sino que como un sentimiento que te complementa y te sientes satisfecho por la paz que acompaña tu ser. Un día le pregunte a Laura si se imaginaba el porque de mi tristeza al conocerme, y me respondió que lo que realmente le importaba no era la causa de mi pena sino como esa pena se estaba curando, como estaba saliendo de ella y que había aprendido de la lección que me había dado la vida. Sus palabras fueron como un rocío que bañó mi corazón de tranquilidad al entender cuanta razón tenían sus palabras y que realmente me sentía muy curado de aquel dolor gracias a Laura. Aquel día fue especial porque junto a Laura fuimos a la playa, nos sentamos en la arena a contemplar la diferencia que presentaban las olas, la fuerza con que algunas se aproximaban a la playa, la calma con que otras bañaban las costas, fue ese día que Laura me contó acerca de que era portadora del VIH, aquella noticia me impactó mucho, me dejó helado como un trozo de nieve que no termina de convertirse en agua, algo recorrió mi cuerpo y se quedó en mi corazón, no supe que decir pero tampoco creí que fuera necesario, le pregunte porque no me lo había contado antes y me contesto: porque solo hasta ahora estas preparado para saberlo. Yo no le pregunté nada más, no lo creí necesario, sabía lo mas importante que se podía saber de una persona, yo lo conocía en ella y la admiraba, ahora mucho mas que antes, ella no necesitaba ayuda, ella estaba para ayudar y había usado su experiencia para ayudarme sin conocerme ni saber quién era yo, solo algo en mis ojos la hizo entender que una tristeza muy grande escondía y me enseñó que era lo verdadero y valioso en la vida, creo que en ese momento la amé mas que nunca por darme cuenta de que Laura era la persona mas fuerte, decidida y luchadora que había conocido y que yo siempre necesitaría de ella, nunca tuve miedo a acercarme a ella, conocía el tema a profundidad y solo quería que Laura siguiera gozando de su vida como hasta ahora. Ella vivía para que los demás nos diéramos cuenta de que le dábamos mucha importancia a cosas que no eran imprescindibles y entendí que aunque lo imprescindible pueda estar en peligro, mientras tengamos fuerzas siempre saldremos adelante no importa la adversidad, ella sanó mi corazón y mi cuerpo sin necesitar mas que la dulzura de sus palabras y su bondad que estaba mas allá de los límites de la razón humana, nada de lo que nos ocurra nos puede predisponer, solo lo que nosotros construyamos a partir de nuestra vida y la mirada que le demos a las cosas lo que hará que reaccionemos de diversas maneras, yo lloraba por un amor y Laura reía a pesar de la adversidad, cada día llegué a amarla más. Gracias al amor que le tenía pude entender lo que ocurrió un día que llegué a encontrarme con ella en el lugar que nos habíamos conocido, Laura me había dejado una nota diciéndome que partía a ayudar a quiénes la necesitaban mas que yo en ese momento, que la dejará dar lo que podía y ayudar a dar esperanza a quiénes les costaba salir adelante, que no importaba lo lejos que se encontrara su corazón estaba conmigo y que cada vez que viera algo hermoso y simple me acordara que ahí estaba su sonrisa, la entendí y por el amor que le tengo quise verla realizando lo que realmente le gusta hacer, ayudar a dar esperanza, de una manera que el mejor psicólogo no podría, mediante lo que la naturaleza nos muestra, la brisa, los colores, la vida, las flores, los recuerdos, los momentos felices, la capacidad de dar amor y entregar, me enseñó que dar todo lo que se puede no es quedar vacío sino que tocar la puerta de entrada a una capacidad de dar que esta mas allá de la que ya agotamos, su vida hizo de ella un ángel que iluminó mi vida. Laura, estaré siempre contigo. Laura, gracias a ti.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Pude sentir realmente el toque de la historia cuando me cautivó la la vida de Laura por sobre las circunstancias. Me recordó a una pelicula...ups!
saludos.

anita dijo...

h0la
queria saber como es eso de su taller literario, no he leido mucho, pq no he tenido mucho tiempo, pero yo escribo... poemas y tb un libro...

bueno
gracias y saludos!

TALLER EDEN Y LUJURIA EN VIVO dijo...

Diana:
En primer lugar, te saludo y felicito por pertenecer al grupo de soñadores que signfica el estar en la senda de ser escritor.
El lenguaje de tu texto me parece muy rico y poético, sin embargo, siento que, por momentos, resulta muy sobrecargado lo que distrae del fondo de la idea que estás expresando. Tal vez, en el taller, puedan comentar este alcance que te hago y revisar tu texto.
Por otra parte, creo que las ideas deben expresarse en oraciones y frases seguidas por puntos seguidos o punto aparte. Eso permite que el lector se deslice con mayor fluidez por el texto y saboree las ideas y el lenguaje en que éstas se expresan.
Espero que recibas este comentario como una sana crítica literaria que puede eventualmente ayudarte a mejorar tu gran obra. Saludos cordiales, Marta Tapia E.

TALLER EDEN Y LUJURIA EN VIVO dijo...

Anita

Este es un taller para jóvenes menores de 24 años y funciona los días sábados a las 11;00 hrs. en las dependencias de la fundación. Dirección Juan de Dios Rivera 1364, si te interesa puedes asistir. También en las misma fundación funciona otro taller literario abierto a todo el mundo y es los días martes a las 19;00 HRS. Los dos talleres son gratis. Mayor información puedes pedirla a correo del director que aparece en el blog.

TALLER EDEN Y LUJURIA EN VIVO dijo...

Diana:
Pienso que tu relato ganaría en fluidez, si usaras los puntos apartes, para separar los hechos y los tiempos de las acciones que suceden en tu cuento. Como también si eliminaras las partes de tu texto, en donde repites lo mismo y si tampoco usaras algunas frases un tanto cliché; así su lectura resultaría más amena y diáfana; por cierto, sin descuidar los acentos. Aída.

francisco javier parra núñez dijo...

El texto me pareció muy redundante y sobrecargado de metáforas. La idea no se si me gustó, pero creo que es muy personal, así que no se si pueda criticarla. Sin embargo creo que escribes bien, tienes esa capacidad de narrar en párrafos largos, lo que a mi me agrada mucho. Espero ver algún otro trabajo tuyo que no sea tan íntimo, para así poder opinar con mas objetividad. Saludos

Anónimo dijo...

Concuerdo con núñez/blasko y realmente el texto es muy redundante y muchas ideas cliché. Creo que este cuento lo dejaría en la mitad.

(sin comentarios para el resto de los lectores de este post...)

Con respecto a la idea central, creo que si la planteas de otra manera y no das una sóla pista de que tenía sida y lo guardas para la última línea, tendrá, quizás, el efecto que esperabas que tuviera. Por otro lado, también me recordó una película...

Un beso grande y no se desanime, que los más grandes han recibido críticas más duras... ;)