sábado, 13 de octubre de 2007

CIGARRILLO

CAMILA VARAS B.


Tenía ganas de apagar ese cigarrillo, pero fumaba inconscientemente… pensaba… no pensaba… observaba… una gota caía desde una altura y se destrozaba fuertemente entregándose a un charco… ¿por qué?, ¿por qué cae y se mata sin posibilidad de salvación?... continuaba fumando bocanada tras bocanada… humo tras humo… pregunta tras pregunta… mi cuerpo comenzaba a entibiarse y un sudor helado e incipiente empezaba a lastimarlo, tenía ganas de huir de ese cigarrillo, sin embargo lo hacía parte de mi insistentemente...

Se dibujaban formas con su humo, observaba círculos y líneas curvas traspasar mis cabellos y mis dedos… que ganas de huir de ese cigarrillo, pero algo me atrapaba y no podía dejar de contemplarlo admirativamente para destruirlo suavemente con los labios húmedos, tibios y ansiosos de mi boca… cierto placer oscuro había en esa muerte, la sensación de estar asesinando sin desearlo,… pero ¿qué busca mi mente encontrar en esas bocanadas?, ¿qué necesito hallar en el humo de aquel cigarrillo confundido e inerte?, observaba las gotas destrozándose en charcos, la lluvia se apretaba insistentemente contra mi ventana y yo vagamente lamentaba que no fuera lo suficientemente alta como para abrirla y arrojar desde allí todo lo que no deseaba.

El sudor se hacía cada vez más pesado y un suave temblor en mis dedos agitaba el tabaco sofocado y otra vez iba y venía, desde mi boca hacia la almohada, iba y venía, lentamente iba y venía, melancólicamente iba y venía, iba y venía… observaba, observaba y pensaba… y pensaba… ¿hacia dónde estoy arrojando mi vida?, ¿a un mar profundo e inalcanzable o hacia tierra firme y humillante bajo mis pies?... ¿por qué, por qué, por qué no acabo pronto con todo esto y mato lo inservible, mato mi cigarrillo?... ¿de qué es reflejo este tabaco?, ¿qué es lo que tengo entre mis dedos y aspiro en mis labios… no es un cigarrillo,… no no no no lo es,… es esperanza, es esa maldita esperanza que me lleva a soportar esta miseria… creí haberla torturado lo suficiente como para que no sobreviviera, pero aquí está de nuevo y otra vez me lleva a abrir pesadamente mis ojos en un amanecer gris donde la lluvia se rompe furiosa contra mi ventana… ¿por qué mis ojos se inundan de lágrimas con este recuerdo?... ¿por qué mi vientre se vacía de sensaciones cuando lamento tener esperanza?... ¿por qué tengo ese bichito en mi espalda?...¿por qué me tengo maldita esperanza?... ¿será que puedo salir de aquí, será que aún queda fuerza para subsistir?... ¿qué hace que me tenga confianza hundido en este lodo?, ¿será lástima o será entereza?... no no no no no quiero llorar, no otra vez sin razón, no por nostalgia ni melancolía… no por mí… no lloraré por mí…

Poco a poco se va acabando todo y se apaga este cigarrillo… mis dedos se entibian y mis labios se queman a cada bocanada… se acaba mi tabaco y se apaga mi esperanza… ¿qué hacer, en qué pensar, por qué sufrir, por qué llorar?… no hay nada…nada… nada… ya basta de todo este lodo encubridor… no puedo apagar este cigarrillo, pero mi boca lo consumirá lentamente hasta extinguirse, en algún momento se consumirá totalmente y ahí quedará mi esperanza…convertida en gris ceniza que se disipa con el viento de la razón…

Mmmm… me encanta fumar, me fascina la bocanada de humo recorriendo mi boca, garganta, pulmones, pecho… pero este cigarrillo debía apagarlo… o mi esperanza sobreviviría… debía matarlo… o la lluvia seguiría… debía consumirse… o las gotas seguirían destrozándose contra el charco… debía fumarlo… o continuaría con mi miedo a vivir… subsistiría este temor a vivir… este temor que me vuelve inseguro y torpe, que me humilla y acorrala… este temor, este temor que congela mi sudor… este miedo… que me hace dudar y llorar sin razón, que inunda mis ojos sin una miserable razón… pero no… no consumí mi cigarrillo… no apagué mi tabaco… y lo continúo disfrutando contradictoriamente mientras observo ocurrir lo que no deseaba... mientras siento como el temor se apodera de mi y ahí viene otra vez a inundarme… ahí viene otra vez a hacer temblar mis dedos, pero continúo matándome y fumando y sigo auto compadeciéndome, y ahí voy otra vez a destruirme lentamente y el cigarro nuevamente…de mis labios a la almohada… de mi boca al vacío… y sigo otra vez fumando… fumando… y fumando…

12 comentarios:

transpiralogica dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
transpiralogica dijo...

No sé si quien escribió este texto lo clasificará como cuento, pero si es así, volvemos a lo mismo que conversamos este sábado en el taller, pues a mí me parece más bien una descripción que un cuento, ya que "no sucede nada".
Podría considerarse como un extracto de una novela o un relato más extenso que un cuento.
Sin embargo, no cabe duda que está muy bien escrito y bien lograda la descripción de ciertas sensaciones.
Me produjo lo mismo que el texto anterior; "La espera".
Saludos.

Rob. dijo...

pasa algo, pero no pasa nada, entre virginia woolf y la novela realista, extensas descripciones que se podrían reducir un poco, el aire de melancolía es un mal que la juventud a esta edad debe sortear.


aunque me gusta la idea del cigarro...

Camila Varas Brash dijo...

este texto no lo considero un cuento, querida transpiralogica... de hecho nadie lo había dicho...
y sí, en realidad no sucede nada, porque es una reflexión y no tiene como fin narrar una historia.
y debo admitir, roberto, que lo de virginia woolf no me gustó...

saludos

la autora

francisco javier parra núñez dijo...

¡Me dieron ganas de fumar!. No sé si claramente es un cuento (ya que no marca diferencias dentro del relato, no obstante tener matices evidentes), pero sí destaco la sensibilidad de la autora y la capacidad de transmitir emociones con tanta claridad. Me parece que carece un poco de ritmo. Insisto, no parece categórico el clasificarlo como cuento, pero independiente de los etiquetados, creo que logra lo que la autora pretende; hacer sentir al lector lo que el personaje vive, respira y piensa.

Iscariote dijo...

Lo que primero me recordo fue a Carlitos Gardel, pero en el texto, fumar no es un placer...
En realidad el problema de clasificar insiste y hasta se pone tedioso. Que más da...
Esta bueno bueno!. Sera una manera bastante bella y angustiante de justificar un vicio?... La angustia y contradiccion son vicios tanto como el cigarrillo...pero, por que? "...esperanza, es esa maldita esperanza que me lleva a soportar esta miseria..." si, es verdad que hay bastante miseria y tristeza, pero si matamos la esperanza... caos.
Cargado de reflexion y cuestionamiento, tiene hasta un alcance filosofico...
Entonces, realidad o ficcion?.

Camila Varas Brash dijo...

realidad querido amigo...

pura realidad...

jorge dijo...

fumar o no fumar? debo admitir que yo tambien tengo una relacion de amor-odio con el cigarro, y eso es lo que tambien me transmitio el texto.
lo que si, creo que hay algunos elementos que se repiten demasiadas veces.
pero me llegó

Antonieta Adams dijo...

Creo que el cuento (o relato, o whatever...) podría haber sido mucho más intenso con menos palabras que redundan en las mismas ideas. Recuerda que menos es más. Pese a que muchos tenemos esa noción en la cabeza, cuesta llevarla al papel, a mi me ha tomado años poder asimilarla y aplicarla. Creo que deberías considerarlo.

Digo cuento en vez de relato o whatever, pues me gustan las descripciones que puede que no tengan nada en la superficie, pero algo esconden. Tengo textos así también y creo firmemente que es una técnica que vale la pena madurar.

Esa es mi humilde opinión

Un beso

Camila Varas Brash dijo...

gracias por tus consejos antonieta, lo tendré muy en cuenta... y, sí..esconde un trasfondo, pero es bastante personal como para darlo a conocer aqui...

saludos..

Rob. dijo...

todo se hizo mucho más claro, cuando nos explicaste que pertenecía a un fragmento de una novela.

Ah! y sigo defendiendo lo redundante de algunas cosas. El humo va y viene, siempre lo mismo, igual que las preguntas que planteas.

:)

Rob. dijo...

*sigo defendiendo lo que otros criticaban.

je!