sábado, 13 de octubre de 2007

COTIDIANO

Sybilla Vanne.


“-Shhh! Escucha escucha parece música

-Claro que lo es, mujer, no seas así, así

-Así como así. Te digo música, de la buena.

-Déjate de pavadas, y bebe un vaso más. No hables tonteras. No estás ebria aún y ya empiezas.

-¿Un vaso más? ¿Estás loco? Un vaso más un vaso más. Un vaso más no le hace cosquillas a este pequeño cuerpo. Beberé la botella entera si ud. lo permite claro. Bromeo. No debes permitir nada hombre. Ay, Dios creo que comí demasiado, comí cuando no debía, comí lo que no debía o comí demasiado poco. Quizás es el colon. Estoy estresada. Este hacer nada me estresa, despierto por las noches demasiado des-cansada. Espera, no te vayas. Debo ir al baño pero no me molestes, ¡no te rías! No tiene nada que ver con el malestar estomacal, sólo es vaciar la vejiga. La mía es hiperactiva. Ay demonios me hago espera no te vayas.

Ya. ¿De qué ríes? ¿ah? Sólo hice pipí. Además el baño estaba lleno y había que entrar en bote. Y si no hubiese hecho sólo pipí, qué importaba. Me sorprendo. Todos, tanto problema que tienen con la palabra caca, caca cuando se trata de la propia, claro. Ah, ya me puse vulgar. Debes pensar que cuando bebo me vuelvo vulgar pero no es así. Pasa que todos tienen problema con admitir que cagan. Tanto problema y ya no sé cómo llegué a esto.

-¿Qué haremos, mujer?

-¡Ay! Amo que me digan mujer. Mujer. Así “mujer”. Vamos, dilo otra vez.

-“Mujer”

-Lindo.

-Bueno, ir a casa supongo. Qué más. Tú a tu casa, yo a la mía, como deben hacer las chicas bien. A menos que se te ocurra algo más. Podemos ir a tu casa, si no te molesta claro.

-Claro. Quiero beber otra cosa.

-Vino, puede ser.

-Vino, claro.

-Tinto.

-Tinto.

-Excelente.

-Espera, deja revisar mi bolso. Ya. Vamos. Creo que los protectores diarios son el mejor invento en los tiempos que corren.”

Ese fue el diálogo que escuché mientras te esperaba. O algo así. Ella llevaba medias negras, botas también negras, abrigo gris y asumo que bajo el abrigo, un vestido o, por lo menos una falda. Sobre la frente caía un flequillo recto y el resto del cabello estaba tomado con un elástico marrón. Me pareció bastante atractiva, pero no linda. Tenía la boca quizás muy grande. Pero ese no es el punto. De él, lo único que me animo a recordar es su risa escandalosa, casi molesta. Ella aparentaba tener unos veinte. Él…no lo sé. Treinta, treinta y cinco, quién sabe.

Lo de la boca grande de ella, lo recuerdo porque la miré de pies a cabeza cuando se dirigió al baño. Estaba borracha. No tanto, pero lo estaba. Sus mejillas estaban encendidas, lo que la hacía más atractiva aún. Él, mientras la esperaba, guardó un par de libros en un bolso negro, dio una vuelta y media a su cuello con una bufanda gris a cuadros de lanilla, se puso el abrigo y subió el cuello de éste. Entonces llegó ella y salieron. Me quedé con la mirada fija en el metro cuadrado de suelo que habían abandonado hacía un par de segundos y descubrí que al lado de la pared había un sobre americano de un laboratorio médico. No dudé en recogerlo y salir, pero ya no había nadie en la calle. Tal vez tomaron un taxi aquí mismo, imaginé. No pensé en abrirlo sino, en entregárselo al dueño del bar. Pero llegaste tú e insististe en que abriera el sobre, que dice: “Gustavo Ramírez: VIH positivo.”

Afuera llovía. Sobre la plaza con nombre de país llovía. Llovía afuera del bar con nombre de poeta.

Sybilla Vanne.

11 comentarios:

Revista VICIO dijo...

Como en Dorian Gray
Sibylla Vanne

transpiralogica dijo...

exacto. como en dorian gray.

Rob. dijo...

a mi me gusta cuando se confunden las voces narrativas, o se me confunden.

francisco javier parra núñez dijo...

Está muy, pero muy bueno. Me atrapó y me mantuvo tenso (en el sentido literario de lo que significa estar tenso). Como no he leído Dorian Gray, no puedo compararlo. Es un cuento por donde se lo mire. Un siete. lo único que quizás me hubiera gustado es que el comentario final (de la plaza y de la calle) hubiese estado ubicado antes de la apertura del sobre, para así no quitar el espasmo que me produjo el final

transpiralogica dijo...

Gracias miles Francisco por tu comentario, aunque creo, fueron muchas "flores" para un primer cuento. Como tú, este es mi primer acercamiento real a la escritura, sin embargo estoy muy motivada, por lo que agradezco tu observación acerca del final.

transpiralogica dijo...

ah! otra cosa que se me escapa...la relación con Dorian Gray es simplemente por mi seudónimo, pues Sybilla es un personaje de la novela de Wilde.
No hay relación alguna con mi cuento.

Camila Varas Brash dijo...

me gustó el cuento...
tiene un clímax bastante bien marcado.
aunque en lo personal, en un momento sentí hacia donde iba y eso mató un poco mi asombro final, pero es nada más por el "carrete literario".
y sí, hubiera sido bueno que el comentario se ubicará antes del golpe del sobre.

saludos y suerte con los cuentos futuros...

transpiralogica dijo...

gracias Camila, agradezco mucho tus palabras y tus observaciones...las tendré muy en cuenta.

jorge dijo...

me gusto, es algo con que todos se pueden sentir identificados, o por lo menos yo

Antonieta Adams dijo...

Esta buenísimo. Y a diferencia de lo que comenta Núñez con respecto al comentario final, me gusta ese comentario que hace de bálsamo a tan suculento golpe que nos das con tu cuento. Buenísimo.

Un beso

Rob. dijo...

querida, me encanta el juego metonímico del final, enmarca la historia, y hace que nos demos cuenta que la ficción que presentas, vive y está a nuestro lado.

muac.